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Mostrando entradas de junio, 2016

Tránsfugas

Imagen
Nos dejamos acaparar por las circunstancias y los sucesos que no controlamos. Los llamamos casualidad y seguimos adelante. Si nos gustan los guardamos, si nos desagradan los olvidamos. Sólo les damos nombre cuando los queremos, como una forma de retenerlos, de hacerlos nuestros. Como cuando el Principito domestica al zorro haciéndolo suyo, como cuando el zorro asocia los campos de trigo dorados con su pelo. Nos apropiamos de cualquier imagen convirtiéndola en recuerdo.  " Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas ".  Simplemente éso, quedarnos el tiempo de la única forma en que nos es posible, como recuerdo .  Como tránsfugas huyendo siempre hacia delante en una acelerada carrera sin meta. Como recuerdos de olvidos de otras mentes en otros ojos en otros guiños. Como nunca si fuese suficiente. Como tarde. Como ausente de recuerdos poseídos, como preso de recuerdos inertes. 

Tres suspiros

Tres suspiros. A veces ésa es la vida. Tres suspiros era lo que nunca soñaba, un momento tan fugaz, sólo unos segundos, unas respiraciones intensas y el fin. Llámame optimista quizá, pero siempre pensé que nada podía acabar a los tres suspiros. Siempre he pensado que tras tres suspiros quedan las ganas de más, la intención de quedarse, la voluntad de gritar. No me planteaba, al principio, si tres suspiros bastarían para mí. Siempre he sido de respiración agitada, de prisas, de vivir corriendo y dejar a mi paso mi aliento desordenado en todo lo que hago. Pero a veces te paras, en seco, con o sin sentido, con o sin calma, para recostarte en el pecho de alguien y, entonces, sólo en esos momentos, la vida, llena de colores y olores, de prisas y gritos, de precipitaciones, se detiene para centrarse en el profundo respirar del otro. En cómo su pecho asciende y se llenan de aire sus pulmones. Cómo ese simple gesto es capaz de llenar de vida ese encierro obligatorio de un alma en nuestro cu