Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2017

Una mujer cualquiera

Vívete despacio se decía cada mañana. Pero no es fácil en una profesión como la suya, donde todo sucede tan deprisa. Se quitaba las gafas y se ponía lentillas tras lavarse la cara cada mañana, a ella al menos le daba la sensación de que eso cambiaba su aspecto por completo. Gomina en el pelo, bien tirante hacia detrás, sí, sin duda eso le daba un aspecto mucho más duro. Justo lo que le hacía falta. Odiaba tener que vestir de esa forma, le gustaría ponerse lo que le apeteciese; especialmente una indumentaria ancha y cómoda. Pero qué vamos a hacerle, son normas profesionales. Se enfundó el ajustadísimo traje, mirándose al espejo: quizá he ganado algo de peso, espero que nadie se dé cuenta. Pasaré el día metiendo barriga . Y así, sin más, terminó de colocarse el traje de Superhéroe y salió a salvar el mundo un día más.

Volar

Imagen
-           -  No, definitivamente no voy intentarlo. No puedo volar Nunca me he considerado una loca ni tampoco la más prudente del mundo, no me malinterpretéis. Pero hacía tiempo que había empezado a pensarlo, digamos que había sentido esa necesidad como de… volar. Cada mañana al despertar pienso en ello; en la sensación de dejar de sentir la pesadez de nuestro cuerpo que nos arrastra hacia el suelo, hacia lo mundano. Cada día las mismas vistas, mismas caras, mismos coches y mismos árboles. Cada día los mismos sonidos. Por un lado puede parecer una posición cómoda, he llegado a pensar que incluso la más cómoda, ¿qué necesidad tenemos realmente de volar? Puedo limitarme, e incluso acostumbrarme, a esta vida, supongo: moverme andando, qué más da si tardo más en llegar. Despacio, pisando siempre suelo firme, sin riesgos. Al final, salir de nuestra zona de confort no es tan importante, ¿no? Quiero decir, yo ya sé andar, puedo llegar a cualquier parte, ¿qué necesidad te