Tan llenos de imperfecciones
tan ausentes tan vacíos
tan resignados a la nada
tan inmunes al frío.
Y después
de la nada y del calor
de la ausencia y las banderas
después de lo que nos queda
los todos cubiertos de esperas.
Antes de irnos
y como si nunca fuésemos a marcharnos
iluminamos lo que nunca vimos
silenciamos lo que siempre escuchamos.
Y sí, al final,
siempre andamos.

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