Siempre pensé que hay diferencia entre perder y extraviar; que, de alguna forma, uno es más consciente que el otro, nos demos o no cuenta. En muchas ocasiones me pregunto, dónde va aquello que extraviamos; y no me refiero a un lápiz o una libreta. Me refiero a dónde van los pequeños resquicios de nuestra alma, constituidos por pequeñas costumbres, pequeñas manías que generan en nosotros sentimientos a los que nos acostumbramos y que, de repente, extraviamos. Me pregunto si podemos volver a encontrar todo aquello de lo que algún día nos despojamos y si sigue viviendo en nosotros. Si la experiencia que nos llevó a expulsarlo hace que, intrínsecamente, continúe permaneciendo ahí. Si lo extraviamos o, simplemente, lo cambiamos para adaptarlo a nuestras grietas actuales. Porque esa es otra, pienso firmemente que nuestro mundo está hecho de grietas. Está compuesto de todos aquellos muros que nos fueron construyendo las decepciones y pérdidas e, igualmente, todas las pequeñas sacud...